El pasado 27 de diciembre del corriente año, tuve la posibilidad de entrevistar al escultor argentino Alejandro Marmo (*), gran parte de la entrevista se comparte de manera de documental. La secuencia natural del dialogó, permitió el ensayo de los distintos factores sociales que no son elegidos al azar, sino que se buscó despejar el horizonte incluso a nivel mundial. Lo caracterizó su simpleza, provocando un mensaje impactante para todos los lectores y oyentes siendo que en el mundo de las ideas “uno aprende a conectarse cuando uno transita esos dolores y después cuando esos dolores ajenos, uno los puede interpretar, creo que hay un puente donde el corazón es la respuesta”, señalo a *ffNEWs*
Por otro lado, la secuencia fluida de la charla, permitió matizar al patrimonio cultural donde es un elemento fundamental de la civilización y de la cultura de todos los tiempos. Es indispensable pensar que, al lado de los bienes materiales, se ubiquen los llamados bienes espirituales que surgen de sus propias estructuras destinadas a no ser olvidadas, incluso es digno de estudiarse según expreso Marmo en la entrevista “de alguna manera la trascendencia de las personas que conformaron parte de la historia” (puede verse en el documental) y quizás determinar la necesidad o convivencia de su conservación y difusión.
De ahí se comprende por qué las doctrinas de las viejas comunidades califican, no olvidando la dignidad que pudo haber adquirido históricamente, y a través de sus obras darles vida con el nacimiento del bien, utilizando sobrante descartable. El Papa Francisco refiriéndose a las esculturas de Marmo afirmó… “nada es de descarte dentro de la belleza de Dios”.
A lo largo de la entrevista documentada, se lograron varios giros, componentes geográficos y hasta los usos y costumbres que sirven de fuente interpretativa en la aplicación y ubicación de sus esculturas. Filosóficamente podríamos decir que los bienes son cosas que el hombre usa o posee en su beneficio físico o espiritual y por el otro lado que signifiquen o hayan trascendido en el desarrollo cultural de cada individuo que integra la comunidad.
Fedra Fontao agradece enormemente la cordialidad del entrevistado, a todo su equipo y especialmente a la Universidad del Salvador por el compromiso de dicha unión ante los ojos de Dios.