La vergüenza y el pudor que han vivido las personas transgénero en la infancia, en la esfera de la intimidad, ha sido necesaria exteriorizarla, llevándola a lo social, al mundo. Es por eso que *ffNEWs*, dada su labor de investigadora, ha desarrollado el siguiente tema desde el campo de la "semiología" inclusive. Los pasos para descubrir al " ser humano", dentro de la sociedad en las que se pueden ver afectados, es revelando lo secreto.
En la Argentina, los menores y adolescentes trans se han encontrado, durante mucho tiempo, en espacios donde sienten que no existen, presentándose a desafíos y situaciones por las que nadie quisiera pasar. Han sido insultados, maltratados, enfrentando la discriminación, siendo rechazados, excluidos. No les creían cuando mostraban sus documentos ante cualquier trámite. No podían elegir con qué vestirse en el colegio o por qué nombre iban a ser llamados en la lista. Todo esto generaba que se alejaran de la sociedad, angustiados por las dificultades que implicaba ser transexual. Muchos desertaban del sistema escolar por el bullying o porque sentían que no había un espacio para ellos. Muchos decidieron quitarse su vida antes de alcanzar la mayoría de edad y muchos llegaron con mucho daño en su salud mental.
Si bien hoy siguen presentándose ante situaciones como estas, desde la sanción de la Ley de Identidad de Género en el 2012, ha habido grandes cambios. Aún queda mucho por delante, mucho trabajo por realizar, pero la situación es cada vez más favorable.
La Ley de Identidad de Género (Ley 26.743) permite que las personas transexuales o transgénero sean inscritas en sus documentos de identidad con el nombre y género que ellos elijan, además de ordenar que todos los tratamientos médicos de adecuación a la expresión de género sean incluidos en el Programa Médico Obligatorio, garantizando una cobertura de las prácticas en todo el sistema de salud, tanto público como privado. Es la única ley de Identidad de Género en el mundo que no patologiza la condición trans.
La Ley fue sancionada el 9 de mayo de 2012 y promulgada el 23 de mayo de 2013. La misma establece que toda persona tiene derecho al reconocimiento de su identidad de género; al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género; y a ser tratada de acuerdo con su identidad de género y a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.
Se entiende por Identidad de Género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, modo de hablar y los modales. La Identidad de Género es un derecho humano, no una decisión, por lo tanto, no debería haber una edad para prohibirlo o autorizarlo.
El portal de noticias *ffNEWs*, aborda el tema basándose en una historia real como lo es el caso del libro “Yo nena, Yo princesa”, el cual narra en primera persona la historia de la madre de un niño que, si bien era biológicamente niño, desde muy temprana edad sentía ser niña. Es el primer caso de una niña transgénero en obtener su cambio de identidad (de llamarse Manuel pasa a llamarse Luana) y en ser reconocida en un jardín de infantes, luego de varios trabajos de instituciones sociales. El libro plantea el reconocimiento de la diferencia y el derecho a la identidad. El mismo fue escrito por Gabriela Mansilla y acompañado por el sello editorial de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
La segunda etapa de Luana se titula “Mariposas Libres” y relata su infancia. El libro, también es escrito por Gabriela Mansilla y cuenta con el mismo sello editorial que “Yo nena, Yo princesa”. El libro plantea que la educación está dirigida a niños y niñas dentro de un sistema binario y biológico normativo y destaca el modelo hegemónico heteronormativo que tenemos. Explica las experiencias multidisciplinarias de las diversidades de género y denota la transformación cultural que van produciendo las leyes con el paso del tiempo, las mismas que organizan a una sociedad donde son tan importantes las instancias del Estado Nacional (Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial), los Estados Subnacionales (Provincias y Municipios) y finalmente el eslabón más importante, en lo que respecta al tema, como lo es el Ministerio de Educación Nacional, quien garantiza la equidad global. Los equipos de orientación son muy relevantes, sobre todo teniendo en cuenta que es el primer caso del mundo donde un niño logra obtener su cambio de identidad y convertirse en niña. Cuenta también, que Luana logra ingresar al colegio en Merlo gracias a nueve integrantes que forman parte de una reunión para que pueda ingresar al igual que cualquier niño o niña. Esto refleja la evolución del sistema de educación de políticas públicas gracias a la Ley 26.892 del año 2013, sobre la (promulgada en el BO el 4 de octubre de 2013). La misma tiene como principio rector garantizar el derecho a una convivencia pacífica, integrada y libre de violencia física y psicológica. Gracias a ésta y otras leyes que convergen en la materia de género es posible ver un crecimiento importante en los últimos años en nuestro país. Aún así, queda mucho trabajo por delante. Necesitamos más especialistas en el tema. Necesitamos que la sociedad misma se involucre en asuntos sociales, en la lucha por la igualdad.
Claro está que debemos, como sociedad, ver los hechos que suceden para poder así, ir construyéndonos socialmente y continuar en pleno crecimiento y desarrollo para alcanzar una sociedad más justa y equitativa, donde los derechos de las personas sean respetados, sin importar la identidad o condición de las mismas.
El 3 de abril de 2014 se estrenó el mediometraje “Yo nena, Yo princesa”, dirigido por Valeria Pavan y María Aramburú, en el Village de Recoleta, determinando una sala llena. El mismo se presentó en el Bafici, Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, agotando todas sus funciones.
El libro “Yo nena, Yo princesa” fue presentado en la 40º Feria Internacional del Libro, en la Sala Alfonsina Estorni, el 6 de mayo de 2014. El 28 de noviembre de dicho año, fue realizado documental en el 5º piso del Senado de la Nación.
En octubre del 2015, las chicas de Mujeres Trans en Argentina dieron una charla, a la cual acudieron cirujanos del Hospital de la Ciudad de La Plata. Se habló de cirugía y hormonación.
En el mes de abril de 2018 se han impreso 3000 ejemplares de “Mariposas Libres”.
Gabriela Mansilla agradece a la Dra. Diana Maffía por valorar el trabajo, por su calidez humana, por su compromiso y dedicación. La doctora fue la encargada de escribir el epílogo de Mariposas Libres.