Acerca de la vigencia de metodología de las encuestas y la posible fractura última del peronismo

Por Raúl Aragón para *ffNEWs*. Consultor Político. Analista de Opinión Pública. Director de Raúl Aragón & Asociados. Director del Programa de Estudios de Opinión Pública de la UNLaM.

Recolectar datos valiosos en tiempos de Internet.

En vistas de lo sucedido entre los resultados de las elecciones y los números de las encuestas, creo que las cifras de estas últimas no están equivocadas en cuanto a su metodología histórica sino en cuanto a la forma de aplicar esta tecnología en los canales correctos. La primera encuesta de intención de voto fue realizada por Gallup en 1930. Sucedió en la elección presidencial de Estados Unidos. Desde entonces, venimos usando el mismo método: se hace una muestra, que es una selección de domicilios, se visita a los domicilios o se los llama por teléfono. Es evidente que en la actualidad esta metodología ya no es aplicable. Primero debido al nivel de inseguridad que hay en todas las urbes grandes y pequeñas que provocan que muchas áreas de las ciudades no puedan ser cubiertas por encuestadores personalizados: correría riesgo el encuestador o la persona encuestada no querría salir. Históricamente esta metodología fue reemplazada por la encuesta telefónica. Sin embargo, este método tampoco resulta efectivo debido a que hay un gran problema que es que la penetración telefónica, la cantidad de teléfonos que hay que desciende a medida que baja el nivel socio económico sumado a que los niveles más bajos son muy difíciles para acceder. Por otro lado, la aparición del celular genera que menos líneas telefónicas fijas sean atendidas. El resultado es un problema de abordaje de recolección de datos, se trata de un asunto en la forma de obtener la información. Los errores indican que debemos cambiar de metodología. En primer lugar con una muestra de celulares, aquí el problema es la geolocalización porque interesa saber donde vive la persona y el área  donde vota, esto es fundamental porque la representación de la sociedad debe ser importante en términos de densidad poblacional. Por último, se está desarrollando un panel, que es una cantidad de preguntas a personas fijas a quienes se les pregunta la intención de voto, la calificación de imágen de los candidatos y otras variables. A su vez, estamos trabajando en abordar las encuestas a través de Internet, aunque por ahora, resulta difícil que se pueda conformar un panel representativo y que también se cumpla con la ley de aleatoriedad.

¿El fin del peronismo?

El kirchnerismo jamás logró ser una verdadera versión del peronismo, sino un parásito enquistado que creció dentro de la matriz del partido, se alimentó de ella y en ese proceso lo denigró hasta llegar a fracturarlo. Hoy, si bien algunos partes restos parecen haberse salvado para reconstruirse afuera, como el Frente Renovador de Sergio Massa, otros terminaron naufragando y disolviéndose al final.

Otro de los perjuicios provocados por el kirchnerismo al peronismo es haber incluido en su seno a sujetos como D´Elía, ajenos al partido, con el agravante del hecho de que Cristina Kirchner decidió dejar de lado al movimiento piquetero como fuerza político. El paisaje, entonces, muestra que aquella misma fuerza que ella usó hoy se le convirtió en un obstáculo. Tanto es así que la ex presidente decidió abandonar al mismo kirchnerismo para fundar otro partido: el Frente de Unidad Cívica.

Mientras tanto, el verdadero peronismo quedó varado en una fase terminal, liquidado como fuerza política. Por ahora, en tanto Cristina siga vigente con la posibilidad de recomponerse como figura para el 2019, el panorama resulta bastante complicado para su reconstrucción. Esto es así debido a que más allá de todo, ella exigirá que su 35% de la provincia de Buenos Aires y que el porcentaje que tenga a nivel nacional sea respetado.

A su vez, el resurgimiento del peronismo encuentra otros obstáculos en el fracaso de algunos líderes históricos del partido como el caso de Rodríguez Saá derrotado en su propio distrito. De ahí que, a su vez, estos viejos dirigentes  cuenten con una mínima capacidad de imposición o de autoridad alguna. Es decir, frente a esta realidad, hoy la unidad peronista parece difícil de alcanzar en el sentido de que sólo podría volver a gobernar el país construyéndose como una nueva expresión, un peronismo adecuado al siglo 21.

Desde mi punto de vista,  la única forma de que el peronismo pueda volver al poder es si busca su unificación sin la presencia de Cristina. De lo contrario, continuará su proceso de extinción hasta 2019 donde contará con su última carta para reconfigurarse o desaparecer.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *