El Dr. Máximo Paz (*), en un diálogo exclusivo con *ffNEWs*, respondió algunas preguntas desde su rol como decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación Social de la Universidad del Salvador, respecto a la transmisión de la información que recibimos todos los días, a través de las redes constituidas por Internet y los medios tradicionales en la labor periodística.
ffNEWs - ¿Cómo podemos, según tu visión, ir mejorando en las cuestiones relativas a la calidad de la información que llega a los ciudadanos, tanto de manera online como offline?
Paz – El tema de la calidad de la información y del periodismo argentino en general, es un tema complejo que tiene que ver con factores multidimensionales. Esto se debe a que los periodistas y los medios no son realidades abstractas que surgen separadas de la sociedad. Los medios y sus estructuras son parte de la sociedad que los contiene y son formados por personas que presentan las mismas características que sus congéneres. En este sentido, los medios de comunicación tradicionales – y los más recientes también – no son máquinas de manipulación, sino que funcionan de manera especular: son espejos que nos devuelven el reflejo de lo que somos como pueblo, nación o grupo social. Dicho esto, para poder mejorar la calidad de la información, debemos cultivar el hábito de la formación cultural, de la capacitación específica en periodismo y de la educación en general. No sólo para los periodistas, sino para todos los miembros de la sociedad, ya que todos somos co-partícipes del acontecimiento noticioso y de sus formas de reproducción mediatizadas.
ffNEWs – Dada la columna publicada para el medio perfil donde destacaste los tres sistemas de interconexión y la red social más importante del mundo (Facebook, Youtube y Whatsapp) que, según estadísticas, suman seis millones de usuarios globales, ¿cómo éstos tres sistemas constituidos por la red pueden transmitir, desde el punto de vista del periodista, una información verosímil al lector?
Paz – Estos tres sistemas de información poseen una capacidad de influencia sin precedentes en la historia de la humanidad. Los algoritmos matemáticos que controlan el funcionamiento de estas aplicaciones inciden en el comportamiento de las personas: deciden qué noticias miran, qué productos tienen al alcance para comprar, pueden influir en las intenciones de voto y en el desarrollo o sofocamiento de iniciativas corporativas. Plataformas como Facebook, han demostrado los desdibujados límites entre lo público y lo privado, la democracia y el control. También han ayudado a millones de personas en el mundo a conectarse de manera eficiente, obteniendo múltiples beneficios de esa situación, inclusive salvando la vida en casos extremos. Al final, se trata de herramientas y la responsabilidad de su uso queda bajo la órbita de la deontología personal, o sea, de la ética profesional como expertos de la información o simples ciudadanos comprometidos que usan la tecnología para empoderar el bien común.
ffNEWs – Para concluir, si bien la tecnología vino para quedarse, ¿qué podemos hacer con la información de lectura escrita que presenta “títulos atrapantes” cuando esconden información oculta o con tinte ideológico?
Paz – En este caso, estamos hablando de manipulación negativa. El acto de manipular en sí mismo no implica una situación que implique mentir. Manipular significa “manejar una cosa o trabajar sobre ella con las manos o con algún instrumento”. Ahora bien, la manipulación con fines concretos (teleología orientada a fines), implica sí un acto que va en contra de la búsqueda de la verdad. Los “títulos atrapantes”, en este sentido, son artificios que esconden una agenda ideológica que recae generalmente en las superficialidades de la época. Es otro problema complejo, ya que si existen ciertos contenidos de baja calidad es porque, por otra parte, estos contenidos son consumidos y solicitados, de manera que, nuevamente, elevar el tono de la discusión social se encuentra en directa relación con elevar la calidad educativa y formativa de todos los participantes: la institución mediática, las audiencias y las instituciones tradicionales que interactúan en el espacio social y conforman esa esfera pública en donde se resuelven los pensamientos e ideas compartidas.
(*) El autor es docente, conferencista internacional y especialista en comunicaciones estratégicas, marketing y marketing político. Se desempeña actualmente como decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación Social de la Universidad del Salvador. También ha sido catedrático en la Universidad Argentina de la Empresa, CAECE Buenos Aires y la Universidad Columbia Paraguay. También fue Director de Marketing y Comunicación de Empresas Nacionales e Internacionales y Coach en temas de Oratoria y Estrategia Política. Es Doctor en Ciencias de la Comunicación, Doctor en Educación, Magíster en Comercialización y Comunicación, y realizó un programa ejecutivo en Tecnología y Marketing en el MIT de Boston, Estados Unidos.