Resulta interesante el aporte trascendente para el medio *ffNEWs*, de la Lic. Silvana Váttimo (*), habiéndome desempeñado como moderada de su ponencia titulada Inteligencia Colaborativa y Aprendizaje: Cuando nuestros procesos cognitivos se ponen en interacción , el 19 de octubre del corriente, en el marco de la Primera Jornada de Actualización Científica y Contemporánea en la Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires.
El medio busca diversos rumbos, incursionando varias disciplinas, utilizando los más variados métodos de investigación científica, para documentar la funcionalidad a través de los contenidos aportados.
En la exposición, Váttimo analizó las posibilidades de inteligencia y aprendizaje de las personas, principalmente al encontrarse en grupo. Al respecto, enunció que resulta posible trazar el perfil cognitivo de un sujeto y estimar su capacidad de atención, memoria, razonamiento, lenguaje y hasta su perfil emocional. Sin embargo, dicho perfil, si bien es necesario, no es suficiente para estimar su potencial para alcanzar resultados significativos. Es importante, en ese aspecto, pensar como lo colectivo y social se pone en juego, modulando y moldeando tal fenómeno.
Para brindar más solidez a la respuesta, reforzó que es necesario desarrollar nuevos conceptos como inteligencia colectiva e inteligencia colaborativa, representando ellos variables intermediarias del resultado.
Ciertamente, los planteos respecto al poder de las masas, no surgieron en el siglo XXI. Ya Francis Galton había descubierto en un concurso de pesaje que el promedio de estimaciones individuales al calcular el peso de un buey era más acertado que el juicio individual de un experto en la materia.
Muchos autores acuñaron el término de “inteligencia colectiva” (Levy, 2004) o sabiduría de las multitudes (Surowiecki, 2004) para referirse al modo en que la sumatoria de aportes individuales puede ofrecer un mayor valor y asertividad a las respuestas o incluso cómo puede distribuirse y potenciarse la inteligencia, escapando del recipiente individual.
Sin embargo, en estos ejemplos no se visualiza un aspecto importante: la interacción de los sujetos.
Es aquí donde el concepto de inteligencia colaborativa se diferencia. Puntualmente, ella es definida como aquella inteligencia que deviene de la interacción de dos o más sujetos con una meta común, cuyos resultados generan un valor agregado (González, Váttimo, 2013). En otras palabras, se trata de la inteligencia que deviene de la colaboración.
Por otro lado, enumeró muchos beneficios que se producen cuando las personas colaboran ante una meta conjunta: motivación, apertura de miradas, soporte, apoyo y sostenimiento de los logros a largo plazo.
Sin embargo, no es posible eclipsar la mirada con esta única faceta. Es preciso tener en claro que hay muchas variables que atraviesan y modulan la colaboración, empantanado el escenario, explicó en dicha exposición.
Sin una mirada puesta en los factores limitantes, no podemos hablar integralmente de inteligencia colaborativa. Poder detectarlos permitirá trabajar estos aspectos para potenciar el valiosísimo poder que tiene el concepto.
Por enumerar algunas limitaciones: podemos citar el fenómeno de inhibición colectiva, el conformismo sobre las intervenciones de unos pocos, las estructuras verticalistas que no se abren al intercambio horizontal, la soberbia y el patentamiento intelectual de las propias ideas, la competencia, la ausencia de libertad de opinión, y atmósferas hostiles no facilitadoras del intercambio.
Sin dudas, el análisis de potencialidad y limitaciones de la inteligencia colaborativa, se asemeja a un juego de la oca: se avanzan casilleros ante el entusiasmo de lo que ofrece su desarrollo… se retrocede ante los factores limitantes, ante el “¿por qué cambiar?” y los miedos asociados a tal apertura.
Sin embargo, como en todo juego, el alcanzar la meta luego de tanto esfuerzo es, sin duda, motivador.
Por ello, apostando a la inteligencia colaborativa, es preciso crear un plan de desarrollo que propicie su crecimiento. Sólo a modo de resumen, tal apuesta debería considerar los siguientes puntos:
- Arquitecturas Participativas que proporcionen una atmósfera de intercambio, de libertad propositiva, objetivos comunes y ausencia de amenazas.
- Honradez intelectual y orientación a compartir conocimientos, con foco en la fusión y no en la medición de cada aporte individual que valorice el propio desempeño. La mirada debe volcarse de lo personal a lo colectivo.
- Movilización efectiva de los talentos, rescatando fortalezas individuales que puedan colaborar efectivamente a una misión conjunta, poniendo en acción las destrezas.
- Sentido compartido de la tarea y significatividad.
- Pero sobre todo, paciencia y tiempo: Los procesos colaborativos no se dan de la noche a la mañana, los resultados pueden tardar en llegar. Sin embargo, no sólo el producto final es importante. Es preciso valorar los procesos y destacar el aprendizaje que se da “sobre la marcha”.
Una vez presentado éste escenario, es preciso estar preparados para liderar adecuadamente. Una actitud colaborativa que despliegue un escenario libre para actuar, facilitará el empoderamiento del colectivo para potenciar resultados.
De manera de cierre, concluyó que levantado el telón, es preciso dejarse llevar por todo aquello que puede emerger de la colaboración, habilitando también el devenir de las emociones, la sorpresa y el juego que surge cuando las personas se sienten cómodas y motivadas para desplegar sus habilidades.
(*) La autora es Licenciada en Psicología UBA. Magister en Evaluación Psicológica y Psicodiagnóstico (UBA). Directora de SCI Gestión. Profesora de Psicología General Cátedra. Facultad de Psicología, UBA. Profesora de Estrategias de Selección y Reinserción de Personal y Organizaciones 2.0, Maestría en Psicología Organizacional, UAI. Docente y facilitadora en el Programa Emprendedor Global de Lyon Park. Autora del Libro "Inteligencia colaborativa y nuevas tecnología en educación". Profesional con vasta experiencia en Gestión de Recursos Humanos, con injerencia en el desarrollo y coordinación procesos de selección, evaluación y capacitación en ámbitos organizacionales y educativos.